El ADN biológico y el ADN energético

07.02.2014 20:04

La información que reside en nuestro ADN, va mucho más alla de nuestros rasgos físicos. Influencian la manera en la que pensamos, sentimos, reaccionamos y hasta el tipo de enfermedad que padecemos.

A través del ADN, heredamos una historia emocional, que a su vez irá construyendo nuestra historia de vida, aquí se guardan el tipo de relaciones que tendremos o el tipo de circunstancias que rodearán nuestra vida. Toda nuestra experiencia humana, no es más que una proyección de nuestra codificación en el
ADN.

Todo responde a una codificación perfecta, que tiene origen en un pasado desconocido para nosotros y que solo esperará el momento oportuno, para activarse en nuestro presente. Una vez activada la creencia de nuestros antepasados, se reproducirá en nuestra vida a través de la vibración de la memoria celular transmitida generación tras generación.


Contamos con dos “niveles” en nuestro ADN:

  • El ADN biológico: El cual ha sido heredado de manera ancestral y se proyecta en nuestro cuerpo físico y nuestras experiencias en el mundo material. Esta codificación, pasa de generación a generación, haciéndose colectiva.

  • El ADN energético: Es el que dispone, manda, escoge y ordena la forma en que se ha de organizar el ADN biológico al momento de la concepción, codificando así las características físicas “ideales y perfectas” para la nueva experiencia de vida. Este ADN es individual y no es hereditario, es el resultado de nuestra historia álmica y por lo mismo, se transforma día a día, según las experiencias de vida.

En términos reales, nuestro ADN se modifica continuamente sin que seamos conscientes, nuestro cuerpo cambia, nuestra forma de pensar o de sentir, cambia, nuestras experiencias de vida, cambian, todo está siempre en continuo cambio y movimiento. Pero lo importante no es que el ADN cambie por si solo, lo realmente interesante es cuando tomamos la potestad de estos cambios y los creamos a voluntad en total CONSCIENCIA.

Realizar cambios de ADN no es un acto de magia, es un acto de consciencia pura en donde nos involucramos de lleno en nuestra experiencia álmica, rompiendo con dolorosos ciclos ancestrales, sanando así, viejas historias recreadas una y otra vez, desde generaciones atrás.


De esta manera, nos brindamos a nosotros mismos, el poder de restablecer el equilibrio y el orden energético individual desde su origen.