AJO NEGRO
01.01.2015 00:00
El ajo negro se obtiene a través de un proceso especial de maceración que incrementa diez veces las propiedades curativas del ajo tradicional. Una de las caracterísitcas más importantes es que el ajo negro no tiene ese olor y sabor característicos, para algunos desagradable, del ajo crudo.
¿Qué es en realidad el ajo negro? Se trata de la cabeza de ajo común sometida a un proceso de maceración y fermentación en hornos especiales, con temperatura y humedad controladas, que dan como resultado el ajo negro, denominado así por el color que toman sus dientes después del proceso.
El ajo negro
Un científico japonés intentando reducir el característico olor del ajo descubrió el ajo negro. En una de sus tantas pruebas, sometió durante un mes una cabeza de ajo entera, con todas sus coberturas y sus cáscaras, a un proceso de ahumado y fermentación, manteniendo una determinada temperatura y nivel de humedad. Después de ese período, el científico descubrió que el ajo había tomado un tono oscuro, su sabor se había atenuado y había perdido el 97% del olor que originalmente tenía. Pero además, después de analizarlo, comprobó que los componentes comunes que posee el ajo y sus propiedades, se habían potenciado de forma asombrosa: sus virtudes habían aumentado diez veces.
Después de este proceso de maceración y fermentación, el ajo adquiere un sabor un tanto dulce, y su consistencia se vuelve blanda, lo cual lo hace muy fácil de digerir, eliminando por completo el mal aliento posterior.
Ajo 100% orgánico
El ajo blanco y colorado son las variedades que se utilizan para desarrollar el ajo negro. Sin embargo, el requisito indispensable es que éste sea orgánico. Es decir, no debe contener ningún tipo de pesticida ni fertilizante. Sumado a esto, su proceso de elaboración es totalmente natural, sin el uso o agregado de conservantes u otros aditivos químicos.
Un plus de energía
Sólo un diente de ajo negro contiene la misma energía que una cabeza de ajo común. El ajo negro tiene un gran contenido en aminoácidos esenciales. Estas son sustancias que el organismo no puede generar por sí mismo, por lo que debemos incorporarlos a través de la alimentación. La falta de los mismos baja las defensas, haciéndonos más vulnerables a las enfermedades y genera estados de decaimiento.
Existen veinte aminoácidos, de los cuales el ajo negro aporta dieciocho. Entre ellos se destacan la Isoleucina y la Leucina, que intervienen en la formación y reparación del tejido muscular; la Licina que favorece la reparación de tejidos, los anticuerpos del sistema inmunológico y la síntesis de hormonas; la Metionina, que colabora en la síntesis de proteínas; la Fenilanina que interviene en la producción del colágeno, fundamentalmente en la estructura de la piel y el tejido conectivo; la Treonina, que ayuda al hígado en sus funciones de desintoxicación; y la Valina que estimula el crecimiento y reparación de los tejidos, el mantenimiento de diversos sistemas y balance de nitrógeno.
Beneficios del ajo negro en el organismo
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Tiene efecto hipotensor y, por eso, es saludable para personas con tensión alta.
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Además, baja el colesterol malo y el nivel de lípidos en sangre. Por ello, ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares.
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La alicina, uno de sus principales componentes, fortalece el sistema inmunitario y aumenta las defensas del organismo, en especial durante los procesos alérgicos.
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Es un energizante natural y un vigorizante corporal, ideal para ser consumido por deportistas y atletas de alto rendimiento. También combate el estrés y la depresión.
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Limpia los riñones y es protector de las arterias, ya que contribuye a evitar su calcificación.
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Regulariza el tránsito intestinal y favorece la digestión.
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Por su alto contenido de fósforo y azufre, actúa como un sedante especial para los nervios. Ayuda a regularizar el sueño.
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Es bueno para quienes sufren asma y otros problemas respiratorios.
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Ayuda en la cicatrización de heridas y en el fortalecimiento óseo.
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Mantiene activas las neuronas.